Rutinas y prácticas para vencer la ansiedad

Rutinas y prácticas para vencer la ansiedad

Yo lo he vivido: Estás muy ansioso, tienes miedo de salir a la calle, de ver personas, de hacer ejercicio, te atas a tus rutinas y a tu cueva y de ahí no sales; sin embargo, lejos de mejorar, la ansiedad se acentúa, y se apodera de ti.

En una ocasión una chica que padecía ansiedad me llamó porque llevaba semanas en crisis y no salía de ella, a pesar de asistir regularmente a su terapia psicológica y consumir sus medicamentos psiquiátricos, que en este caso eran los que generalmente se les recetan a las personas con este padecimiento: benzodiacepinas y antidepresivos. Le pregunté si había hecho ejercicio recientemente, o si tenía una vida social medianamente activa, sus respuestas fueron negativas: se estaba aislando cada vez más, presa de la ansiedad.

Lejos de ayudarnos, encerrarnos con nuestra ansiedad empeora las cosas, te invito a hacer lo opuesto, por muy ansioso que estés, ejercítate, ve a tus amigos, haz las actividades que te gusten, porque eso es medicina pura y antídoto contra los estados ansiosos.

Aquí te presentamos algunas rutinas y prácticas que deberías tener siempre en tu vida para así vencer a la ansiedad:

Tener una mascota:

La interacción con animales puede disminuir nuestros niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés) y contribuir en la reducción de la presión arterial. Estudios diversos han comprobado que los animales ayudan a disminuir la sensación de soledad, a aumentar los sentimientos de apoyo social y a mejorar el estado anímico de las personas.

En un estudio realizado con adolescentes, éstos se mostraron más felices, participativos y expresivos mientras estuvieron en contacto con los perros de terapia, evidenciando conductas sociales más activas que pueden alejarlos de situaciones de ansiedad y estrés.

 

Hacer ejercicio:

Durante muchos años, innumerables investigaciones de diferentes lugares del mundo han revelado el aporte beneficioso que el ejercicio físico ofrece a personas con situaciones de estrés crónico, depresión y ansiedad. En febrero de 2023, un estudio sobre actividad física en la Universidad de Adelaida del Sur de Australia indicó que el ejercicio es altamente beneficioso para reducir los síntomas de depresión, ansiedad y angustia “debido a la infusión de hormonas que se producen en el cerebro y que producen bienestar”.

La conclusión fue que la actividad física resulta ser muy beneficiosa para mejorar los síntomas de la depresión, ansiedad y angustia en poblaciones adultas, en personas con trastornos de salud mental diagnosticados y con enfermedades crónicas.

Otros estudios revelaron que la endorfina, que se precipita después de 30 minutos de actividad moderada, es como la morfina en estructura y efectos, y tiene el mismo sitio de unión en las células cerebrales o los receptores. Indica que “se liberan diferentes endorfinas durante diferentes ejercicios o comiendo alimentos o durante el sexo, la meditación, etc. La ansiedad es una enfermedad que se propaga ampliamente y se puede tratar con esta endorfina endógena sin usar ningún medicamento o tabletas”.

 

Baños de agua fría:

En algunos casos, se le conoce como “crioterapia” y terapia de “natación en agua fría” que se realiza con el fin de obtener mayor bienestar y salud. El objetivo es tener una exposición al frío teniendo en cuenta la respiración y la meditación con el fin de ayudar a controlar la ansiedad, pues se asegura que el agua helada provoca primero una reacción parecida a un ataque de pánico para luego dar paso a un cuerpo más relajado y a una mente más clara y calmada.

Un estudio realizado en 2020 en el Reino Unido aseguró que 61 personas que cumplieron un curso de 10 semanas para aprender a nadar en el mar helado experimentaron mejoras en su estado de ánimo y bienestar. La conclusión fue que “Los nadadores novatos al aire libre (…) tuvieron reducciones agudas y crónicas en el estado de ánimo negativo, aumentos en el bienestar y aumentos agudos en el estado de ánimo positivo”. También otros estudios lo han asociado con la reducción del dolor y de los síntomas inflamatorios.

Introducir la cara en agua fría activa la rama parasimpática del sistema nervioso, que permite que el cuerpo se relaje después de un hecho estresante. Misma reacción que ocurre cuando introducimos el cuerpo en agua helada lo cual ayuda a la liberación de hormonas del estrés, como la noradrenalina y el cortisol.

Sin embargo, es importante destacar que el shock inicial de sumergirse en agua helada tiene algunos riesgos asociados a arritmias, ataques cardíacos, ahogamiento, agotamiento, hiperventilación e hipotermia. Por esta causa, será necesario primero consultar con un especialista médico para evitar el choque frío y para saber la mejor manera de hacerlo sin poner en riesgo la salud. Lo idóneo es hacerlo paulatinamente, es decir, poco a poco acostumbrarte, además de no hacerlo de golpe, sino con un chorro pequeño y poco a poco añadir más intensidad.

 

Viajar:

Se dice que no hay mejor ansiolítico o antidepresivo que hacer un viaje. La razón puede estar vinculada al hecho de que esta actividad nos ayuda a secretar endorfinas las cuales juegan un papel importante en la capacidad de nuestro cuerpo para controlar el dolor y poder experimentar placer. También nos ayuda a rejuvenecer el cerebro debido a la adquisición de nuevos conocimientos y experiencias, y a estimular el sistema inmunológico.

Un estudio de los japoneses Miyakawa & Oguchi reveló que “el bienestar de los padres aumentó a través del turismo familiar, especialmente cuando los padres experimentaron una experiencia turística memorable. Además, las habilidades genéricas de los niños también mostraron una mejora a través del turismo familiar, lo que aumentó aún más el bienestar de los padres”. Otro estudio concluyó que los viajes aumentan la satisfacción vital, la salud mental y la vida social.

 

Tener pareja / vida social activa:

La liberación de ciertas hormonas relacionadas con el amor, como la oxitocina o la dopamina, benefician a la salud lo cual puede indicar que vivir en pareja ofrece ventajas para reducir la ansiedad. Por otra parte, un estudio del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universidad de Valencia demostró que el riesgo de sufrir depresión o trastornos como la ansiedad es mayor entre las personas solteras y divorciadas.

Algunos estudios coinciden en que mantener una buena salud emocional, teniendo y consolidando vínculos afectivos estables también ayuda a reducir riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares

La Fundación Española del Corazón asegura que “los vínculos afectivos que tenemos con nuestra pareja, amigos y familiares, mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, conocidos como factores psicológicos del riesgo”.

 

Poderosas prácticas y complementos para vencer la ansiedad (primera parte)

En Vence a la Ansiedad sostenemos que vencer a la ansiedad es como una batalla, donde cada miembro del Ejército, es decir, cada soldado, suma en la estrategia para ganarle al enemigo. Por ello, en este correo te presentamos varias prácticas que pueden ser tus aliadas para mantener tu cuerpo y mente equilibradas.

En lo personal, desde que sufrí mis primeras crisis graves de ansiedad que me llevaron a urgencias varias veces (por lo intenso de mis síntomas, en ese momento no tenía tantos conocimientos sobre el tema y creía que de verdad moriría), decidí asistir con regularidad a acupuntura, masajes y algunas otras terapias alternativas o de medicina tradicional, que realmente disminuyeron mis síntomas y fueron un gran apoyo.

Hoy en día no las dejo ni las he eliminado de mi rutina semanal, al contrario, aunque estoy más estable, no quiero volver a caer en las crisis de pánico, por lo que siempre tomo medidas preventivas, entre ellas, tomar mi masaje, acupuntura, terapia con imanes y muchas más.

Aquí te presentamos algunas prácticas sanadoras que serán tus aliadas en este proceso:

 

Poderosas prácticas y complementos para vencer la ansiedad

 

Masajes:

El estudio “Massage therapy for the treatment of anxiety: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials» (2019), evalúa la eficacia del masaje terapéutico para las personas con trastorno de ansiedad generalizada (TGA). Concluyó que los masajes tenían efectos beneficiosos significativos en la reducción de la ansiedad en comparación con los grupos de control.

En total, 68 personas con TAG fueron aleatorizadas a masaje terapéutico durante un total de 10 sesiones en 12 semanas. La reducción media de la ansiedad se midió mediante la Escala de Clasificación de Ansiedad de Hamilton (HARS). Los resultados secundarios incluyeron una reducción del 50% en el HARS y la resolución de los síntomas del TAG, cambios en los síntomas depresivos, preocupación y discapacidad relacionada con el GAD. Todos los grupos habían mejorado al final del tratamiento y mantuvieron sus beneficios en el seguimiento de 26 semanas posteriores al estudio.

 

 

Acupuntura:

La acupuntura consiste en la inserción de agujas pequeñas y muy finas en la piel del paciente en puntos específicos y estratégicos del cuerpo. La acupuntura se conoce como un componente clave de la medicina china tradicional y se utiliza con frecuencia para tratar el dolor.

La acupuntura ganó popularidad en el tratamiento de los trastornos de ansiedad

durante los últimos años. Los estudios han demostrado su capacidad para cambiar la actividad de la corteza prefrontal, regula los niveles de corticosteroides plasmáticos, hormona adrenocorticotrófica y plaquetas 5-HT, entre otros. para aliviar la ansiedad. Se cree que la terapia combinada de acupuntura y medicina occidental mejora el efecto, acelera el tiempo de inicio, minimiza las reacciones adversas de los medicamentos occidentales y reduce la tasa de recurrencia del trastorno de ansiedad.

En otro estudio se aplicó un protocolo de puntos de acupuntura una vez por semana, durante 10 sesiones, en una paciente que padecía ansiedad paroxística episódica. La escala de ansiedad del Dr. Aaron Beck, mejor conocida como Beck Anxiety Inventory (BAI) sirvió como herramienta de medición para evaluar los resultados antes de la primera sesión y después de la última. Después del décimo tratamiento, los síntomas del paciente muestran una evolución significativa. No hay empeoramiento de ningún síntoma, hay una reducción del nivel de gravedad en los 19 síntomas, presentados inicialmente, totalizando una reducción de 36 puntos en la escala de ansiedad BAI.

 

Terapia con imanes:

Se le conoce también como Magnetoterapia. Es una disciplina terapéutica que emplea imanes naturales de mediana intensidad con el objetivo de tratar diferentes tipos de enfermedades o condiciones en el organismo del paciente.

Ya se empleaban en la época de Paracelsus (en el siglo XV), quien fue médico y alquimista y quien dedujo que si los imanes atraen el hierro, quizás podrían atraer enfermedades para así retirarlas del cuerpo.

Un estudio médico titulado “Electrotherapy for neck pain”, incluyó veinte pequeños ensayos (con un total de 1239 personas con dolor de cuello) que contenían 38 comparaciones. Los principales hallazgos para la reducción del dolor de cuello y estrés mediante el tratamiento con modalidades electroterapéuticas fueron los siguientes: la evidencia determinó que la terapia de campo electromagnético pulsado (PEMF) y la estimulación magnética repetitiva (rMS) fueron más efectivas que el placebo, mientras que la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS) mostró resultados inconsistentes.

 

Flores de Bach:

Es un sistema compuesto por 38 esencias florales que fueron descubiertas en 1930 por el médico británico Edward Bach, bacteriólogo y patólogo. Bach estaba convencido de que la mayoría de las enfermedades del ser humano eran consecuencia de un estado mental negativo y que cada flor estaría asociada a una de esas emociones.

En el estudio “Efficacy of Bach-flower remedies in test anxiety: a double-blind, placebo-controlled, randomized trial with partial crossover”, la ansiedad se midió mediante un cuestionario de ansiedad de prueba estandarizado y validado. Un total de 55 de los 61 sujetos con ansiedad por la prueba autoinformada dieron datos válidos. No hubo una diferencia significativa entre los grupos, pero hubo una disminución significativa de la ansiedad por los exámenes en todos los grupos. La conclusión fue que los remedios de Flores de Bach son un placebo eficaz para reducir la ansiedad.

 

Aromaterapia:

La aromaterapia se conoce como el uso de aceites esenciales de las plantas (pueden ser flores, hierbas o plantas) como terapia para incrementar el bienestar físico, mental y espiritual. Entre sus ventajas está que puede ser empleada junto a otros tratamientos médicos o alternativos como masajes o acupuntura.

Es interesante destacar que el aceite esencial de cada planta tiene una composición química diferente que determina cómo huele, cómo se absorbe y cómo influye en el cuerpo. Los más conocidos o usados con los de manzanilla romana, el geranio, la lavanda, el árbol del té, el limón, el jengibre, el cedro y la bergamota.

Una investigación reciente se centró en estudiar el efecto de la aromaterapia por inhalación con aceites esenciales de lavanda y manzanilla sobre la depresión, la ansiedad y el estrés en un grupo de 183 participantes. Los participantes de los grupos experimentales inhalaron tres gotas de 1,5 % de aceites esenciales de lavanda y manzanilla durante 30 noches. Como resultado, “se produjo una mejora estadísticamente significativa en los niveles de depresión, ansiedad y estrés inmediatamente y un mes después de la intervención en los grupos de lavanda y manzanilla en comparación con el grupo de control.

Otras investigaciones refieren que el aceite de lavanda tiene un efecto ansiolítico, o reductor de la ansiedad, en pacientes con ansiedad generalizada, efectivo en un lapso de 2 semanas.

Recursos psicológicos para vencer la ansiedad

Recursos psicológicos para vencer la ansiedad (Parte 2)

En un artículo previo, estudiamos las técnicas de David Burns para analizar qué pensamientos y emociones están detonando nuestra ansiedad, para así cuestionarlas y darles un nuevo significado. Hoy analizaremos dos herramientas realmente valiosas e interesantes.

La primera se llama exposición y consiste en no evitar las situaciones que nos generen ansiedad y malestar.

Seguramente has sentido también los efectos físicos de la ansiedad, también llamados somatización; algunos de ellos pueden ser mareos, vértigos, temblores, dolor de cabeza, nerviosismo, manos sudas, agitación en el pecho, palpitaciones, y similares. La mayoría de nosotros lo que hacemos en una situación así es tratar de respirar, tranquilizarse, y darle mucho peso a la ansiedad, es decir tratar de vencerla mediante la relajación.

Al percibir y sentir algunos de estos síntomas, también evitamos situaciones que nos puedan provocar más ansiedad, entre ellas hablar en público, salir a una reunión, o simplemente convivir con otras personas. La técnica de la exposición nos invita justamente a lo opuesto, a hacer nuestras actividades a pesar de la incomodidad.

No identifico en particular a algún autor que la haya creado o inventado, más bien es una técnica que se exponen en muchos libros, artículos y videos sobre la ansiedad. En lo particular, al principio estuve renuente a ponerla en práctica, porque da miedo exponerse a la ansiedad. Sin embargo, si la pones en práctica con regularidad, verás que tu ansiedad disminuye significativamente.

En algún momento de mi vida yo disminuí drásticamente la práctica de algunas actividades por evitar sentirme más ansioso, entre ellas, y sobre todo, mi vida social y practicar deporte. Como de por sí en mi día a día mis síntomas físicos de la ansiedad, como mareos o desorientación eran altos, evitaba la vida social para no exponerme más y, en su lugar, tratar de quedarme en casa a relajarme con algún libro o una película. Pero al percatarme de que cada vez me aislaba más, quise intentar esta técnica. Al principio fue realmente incómodo. Recuerdo que tuve una cita con una amiga, fuimos al museo, luego a caminar, y empecé a sentirme realmente mal, con las manos sudando, temblores y confusión. A pesar de esa mala experiencia, me percaté de que en realidad nada malo pasó, y continué forzándome a tener más vida social.

Lo mismo me pasaba con el deporte. Debido a que, cuando te ejercitas, sube tu ritmo cardíaco, empezaba a preocuparme y a creer que algo malo pasaría, y mi cuerpo se sentía realmente incómodo. Pero, en continuación con la técnica de exposición, me inscribí a clases de Hap-Kido, un arte marcial coreana de alto rendimiento; aunque las primeras veces (y aún hoy, aunque un poco menos), me sentía mareado por el vigor del ejercicio y angustiado, me forcé a continuar.

Hoy puedo decirte que tanto la vida social como la deportiva me siguen provocando ansiedad, pero en un grado muy inferior, ya que se reducen a simples incomodidades que se diluyen rápidamente.

Una técnica parecida a la ansiedad es emplear el humor para tratar con la ansiedad. Esta la leí en el libro Enséñale a tu ansiedad quien manda, del psicólogo Joel Minden, y consiste en burlarse de tu ansiedad, en no tomarla en serio, en tratarla como el berrinche de un niño chiquito. Es algo así como, ¿con que ahí estás ansiedad? Pues bien por ti, ahí sigue.

Muchas personas que me escriben en medio de un ataque de ansiedad han empoderado tanto a la ansiedad que no están dispuestas ni a cuestionarla, ni a sentirla ni a dejar que esté ahí. Y eso realmente paraliza y empeora las cosas.

Estas técnicas van en el sentido opuesto, en decir, bien, siento ansiedad, pues ni modo, a vivir con ella, como si de gastritis o un resfriado se tratara.

Ansiedad: Nutrientes y sustancias que te ayudan a vencerla (segunda parte)

En continuación con las sustancias, suplementos y vitaminas que pueden ayudar a tu cuerpo, mente y sistema nervioso a reducir la ansiedad, te presentamos esta segunda lista de aliados que podrían hacer una gran diferencia en tu día a día:

 

GABA:

El ácido gamma aminobutírico o GABA es un aminoácido producido naturalmente en el cerebro y que funciona como un neurotransmisor, facilitando la comunicación entre las células cerebrales. Su función es reducir la actividad de las células neuronales en el cerebro y en el sistema nervioso central.

Un estudio orientado a analizar el tratamiento con gabapentina (relacionado con el ácido gamma aminobutírico o GABA) para atender los trastornos de la ansiedad aseguró que es un tratamiento muy eficiente en comparación con otros medicamentos utilizados (IMAO, ISRS, BZP y antiepilépticos), sin ocasionar efectos secundarios y sin producir dependencia por lo que fue calificado como una “excelente opción terapéutica en el manejo de los trastornos de la ansiedad”.

 


Tripófano:

El triptófano es un aminoácido esencial, precursor de la serotonina. Una tesis doctoral de la Universidad de Extremadura, denominada “EFICACIA DE UNA INTERVENCIÓN NUTRICIONAL BASADA EN SUPLEMENTOS DE TRIPTÓFANO SOBRE LA COGNICIÓN SOCIAL Y LA DEPRESIÓN ASOCIADAS AL ENVEJECIMIENTO HUMANO”, aseguró que un suplemento enriquecido en triptófano puede disminuir los síntomas de depresión y ansiedad, con lo cual se logra una mejoría en el bienestar y en la cognición social.

 


Vitamina D:

Su consumo está relacionado con la producción de serotonina, y tomando en cuenta que en personas deprimidas este neurotransmisor se encuentra en niveles bajos, la vitamina D (VD) podría beneficiar a las personas con esta condición y mejorar así su estado de ánimo y el control del estrés.

Algunos estudios médicos han establecido que la deficiencia de VD “se asocia con varios trastornos psiquiátricos y neurológicos. Existe evidencia de asociación de niveles bajos de VD con ansiedad y depresión (…) y que algunos estudios demuestran que pacientes psiquiátricos que cursaban depresión tenían niveles bajos de VD”.

Otros estudios indican que la VD puede regular la formación y maduración de nuevas neuronas en el hipocampo, la secreción de serotonina y dopamina por las neuronas y los mecanismos subyacentes a la plasticidad sináptica a través de vías genómicas y no genómicas.

 


Té de lavanda:

La lavanda es una hierba nativa del norte de África y de otras regiones montañosas del Mediterráneo. Sus usos están relacionados con la mejora en el estado de ánimo, la ansiedad y la depresión. La infusión o té de lavanda se ingiere generalmente para combatir el dolor articular, la depresión, las migrañas, la indigestión y la ansiedad.

Una investigación en terapéuticas alternativas y farmacología vegetal aseguró que metabolitos secundarios de la lavanda, como el linalol y el acetato de linalilo, tienen efecto en los trastornos mentales al producir un efecto ansiolítico, aumentando el tono parasimpático. Como conclusión se obtuvo que “dado el mecanismo de acción de los metabolitos de la lavanda en el sistema nervioso, se evidencia su efecto en el manejo de la depresión, la ansiedad, el estrés y el insomnio con una seguridad y adherencia mayor para el paciente”.

Finalmente, se ha advertido sobre la importancia de no combinar la lavanda con medicamentos que induzcan a la somnolencia, como benzodiazepinas y barbitúricos, y con otros medicamentos para reducir la presión arterial (como captopril, enalapril y losartán).

 


Potasio

La función normal de nuestro cuerpo depende de la regulación estricta de las concentraciones de potasio, tanto dentro como fuera de las células. Por esta causa, el consumo del potasio como suplementación debe ser bajo control médico debido a que en dosis muy altas puede ocasionar alteraciones electrolíticas importantes y hasta arritmias cardíacas.

La deficiencia de potasio se ha relacionado con cambios de humor y fatiga mental, y según un estudio reflejado en una publicación se determinó que el 20% de los pacientes con trastornos mentales tenían una deficiencia de potasio. Sin embargo, no existen suficientes investigaciones médicas que puedan corroborar la relación entre el consumo de potasio y la reducción en los niveles de ansiedad.

 

Recursos psicológicos para vencer la ansiedad (Parte 1)

En los artículos anteriores hemos estudiado qué suplementos y recursos apoyan a tu cuerpo para hacer frente a la ansiedad y tranquilizar así al sistema nervioso. Si bien se trata de herramientas muy valiosas, generalmente por sí solas no son suficientes para vender a la ansiedad. Por eso, hoy te presentamos la primera parte de varias técnicas psicológicas que nos ayudarán a hacer frente a estos episodios.

El psiquiatra David. D. Burns (quien, por cierto, sostiene que los medicamentos psiquiátricos no son eficaces en el tratamiento de ansiedad) nos invita a cuestionar a nuestros pensamientos catastróficos mediante una tabla que reproducimos a continuación:

 

Esta tabla es muy útil y te invitamos a imprimirla y rellenarla diariamente, aunque es preciso que te expliquemos bien cómo funciona. Burns, en su libro Adiós, Ansiedad, nos sugiere escribir una especie de diario de nuestros pensamientos catastróficos. El primer paso consiste en identificar qué nos está perturbando, puede ser, por citar un ejemplo, que nuestro jefe en el trabajo nos llamó la atención; de ahí nuestra mente acelerada comienza a elaborar una serie de pensamientos negativos, que podrían ser los siguientes: “Me van a correr del trabajo, entonces ya no tendré para pagar la renta, me correrán del edificio y tendré que regresar a vivir con mis padres”.

Burns sostiene que la mente ansiosa reacciona a la cotidianeidad mediante distorsiones de pensamiento, en las cuales exagera episodios y los magnifica de manera catastrófica.

Estas distorsiones pueden incluir: darle la vuelta muchas veces al mismo pensamiento, llegar a conclusiones catastróficas rápidamente, generalizar aspectos negativos de un episodio sin tomar en cuenta los positivos, y otros similares. Reproducimos a continuación la lista completa de dichas distorsiones:

 

 

En los hechos, pues, la técnica de Burns debería aplicarse de la siguiente manera:

Paso 1: Identificamos qué emoción negativa nos está atacando: tristeza, angustia, culpa, inferioridad, soledad, turbación, desesperanza, frustración, enfado, resentimiento, molestia, estar abrumado…

Paso 2: Reconocer y detectar cuál es el pensamiento o pensamientos negativos que están desencadenando estas emociones; ejemplos: “Me salió un grano en el pecho, seguramente tengo cáncer o una enfermedad grave”, “mi pareja no me ha contestado los mensajes, a lo mejor ya no quiere estar conmigo y me voy a quedar solo”, “me siento cansado y un poco mareado, tal vez sufriré un paro cardíaco fulminante”.

Paso 3: Observamos qué distorsiones de pensamiento estamos aplicando en los pensamientos negativos que nos agobian; ejemplos: “Pensamiento todo o nada”, “generalización excesiva”, descartar lo positivo”, etcétera.

Paso 4: Sustituimos las distorsiones de pensamiento por pensamientos positivos lógicos; cuidado, no se trata de aplicar simplemente un optimismo absurdo e insulso, sino de realmente analizar y cuestionar con una mirada crítica, imparcial y alentadora a nuestros pensamientos de distorsión. Ejemplos: “En mi vida me han salido cientos de granos, éste no tendría por qué ser sinónimo de cáncer”, “ya me he sentido mareado muchas otras veces, es un síntoma de la ansiedad, estoy joven, me hago chequeos constantes, no tendría por qué sufrir un paro cardíaco en este momento”, “si mi pareja no me ha contestado, no es porque no me quiera, tan sólo ayer me dio un beso tierno, seguramente está ocupada en este momento, no hay por qué alarmarse”.

Cuando nos acostumbramos a escribir diario este registro, vamos identificando que generalmente son los mismos pensamientos y emociones las que nos aquejan en el día a día. Es muy poderosa esta técnica, porque nos permite, usando las mismas herramientas de la mente, irle restando fuerza nuestros pensamientos catastróficos y así ir venciendo a la ansiedad de raíz.

Llénalo cuantas veces quieras, de preferencia, cada que empieces a sentir ansiedad, inquietud o un pensamiento te turbó. Al principio yo llenaba la tabla varias veces al día, pero conforme fueron pasando las semanas, me di cuenta de que fue disminuyendo, debido a que muchos de los episodios de pánico fueron bajando conforme los cuestioné con la técnica de Burns.

Ansiedad: Nutrientes y sustancias que te ayudan a vencerla

Ansiedad: Nutrientes y sustancias que te ayudan a vencerla (primera parte)

La naturaleza nos provee de muchas sustancias que ayudan a que nuestro cerebro funcione correctamente y haga frente al estrés, la ansiedad y el nerviosismo cotidiano. En lo personal, he probado cada uno de estos nutrientes, apoyado siempre con el consejo de especialistas y médicos, y puedo decirte que son un gran aliado para tu sistema nervioso.

A continuación, te exponemos cuáles son los que consideramos más eficientes, así como el soporte científico que los respalda. Si bien se trata de sustancias mayormente inocuas, recuerda que cada cuerpo puede reaccionar diferente, así que trata de ser cauteloso a la hora de implementarlas a tu dieta y vida cotidiana, además de consultarlo con tu médico de cabecera. Casi todas estas sustancias son muy sencillas de adquirir, tanto en farmacias, como en Amazon, Mercado Libre o tiendas naturistas:

 

Ansiedad: Nutrientes y sustancias que te ayudan a vencerla

9 Recursos para dormir bien

9 Recursos para dormir bien

Ansiedad, ¿cómo tratarla?

Para tratar mi ansiedad he recurrido a la psiquiatría, la acupuntura, la psicología, la meditación, el yoga, grupos de autoayuda, constelaciones familiares, uso de psilocibina, pasiflora, cloruro de magnesio y un largo etcérera. Si tú también llevas años sufriendo ansiedad, seguramente has recurrido a alguno de estos tratamientos que te han dado algunos resultados, tanto significativos, como imperceptibles.
Me gustaría darte una respuesta concreta, una receta que dijese algo así como: ingerirás tres pastillas de cloruro de magnesio a diario, meditarás dos veces al día y evitarás la cafeína y con eso te curarás, pero la realidad es que no funciona así. La ansiedad es una respuesta completa de tu mente, de tu cuerpo, de tu espíritu, a determinados problemas, retos y situaciones que te impone la vida, y no hay una solución mágica para decir no más.

Lo que sí te puedo asegurar es que puedes ganarle la batalla a la ansiedad. De eso no me queda la menor duda. Te hablo desde la experiencia personal. Yo padecí unas crisis de ansiedad que incluso me orillaron a asistir a los servicios de urgencia hospitalaria; si las has vivido, sabes bien a qué me refiero: sensación de que te vas a morir, mareos intensos, temblor de brazos y varias partes del cuerpo…

Llegó un punto en que ni siquiera podía conectarme a conferencias virtuales debido a que padecía severos ataques de ansiedad, mi calidad de vida era ínfima. Al llegar a este punto, lo que decidí fue acelerar mi proceso de sanación; devoré libros y videos sobre cómo mejorar mi ansiedad, me informé de qué alimentos ingerir y qué no, sobre herbolaria, tratamientos alternativos como la psilocobina, recursos cognitivos conductuales y muchas herramientas más que compartiré contigo.

Asegurarte que hoy no padezco ansiedad sería mentirte, pero sí puedo asegurarte que la mayor parte del tiempo mi ansiedad es mínima, completamente manejable, y, cuando llega a ser más alta, conozco las herramientas para evitar que trascienda a una crisis de pánico.

Vivir sin ansiedad es un camino, como el camino propio de la vida: tiene picos, altibajos, pero, finalmente, si te empeñas en ganarle el terreno, ganarás la batalla. Te lo aseguro.

Te invito a abrir los correos que te estaremos enviando los próximos días, en todos ellos te brindaremos recursos, herramientas e información realmente efectiva para que puedas vivir en plenitud y superar esa ansiedad que, créeme, te comprendo, sé que te mantiene desesperado.

Nuestra única intención es ayudarte a vivir en plenitud y a recuperar el control de tu mente, cuerpo y espíritu.